miércoles, 26 de enero de 2011

La ciudad y los perros



Aquí viene mi primera resaca navideña, el primer libro que me he leido este año; y qué mejor forma de comenzar el año con Vargas Llosa, un escritor que creo se hará con un hueco en mi biblioteca con motivos de peso.
La ciudad y los perros es, ante todo, una novela entretenida. No es un tostón filosófico ni nada por el estilo, sino un montón de situaciones que nos harán reflexionar, todas con un hilo conductor y varias sorpresas.
La novela trata sobre las aventuras y desventuras de unos chicos de quinto año en la escuela militar Leoncio Pardo, un colegio de estricta disciplina. Los chavales viven casi como los estudiantes en viaje de fin de curso: fumar y borracheras, putaditas entre ellos, y otra borrachera. No obstante, las diferencias entre ellos a la hora de afrontar un problema ocasionará un trágico suceso ante el cual toda la virilidad y hombría de la que hacen gala queda pequeña, y tienen que someterse.
La novela está dividida en tres partes. La primera parte, subjetivamente, se me hizo confusa. La novela está llena de vulgarismos y expresiones peruanas, lo que unida a la confusión hizo que se me hiciese difícil de comprender. No obstante, llegando ya a la segunda parte, todo adquiere sentido. Sentido que acaba desmoronándose justo en la tercera, el epílogo. Mi sensación al terminar la novela ( y pensarla un poquito) es que me han construido un puzzle donde me han faltado siempre unas piezas principales. Piezas que Vargas LLosa encaja magistralmente al final de su novela, logrando que todo cambie de sentido.
La historia principal se ve acompañada de saltos en el tiempo al pasado de otros personajes, de diferente extración social, lo que nos ayuda a contruir y definir unos complejos personajes.

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