miércoles, 6 de abril de 2011

Daleh mazo purpurina ahi, surmano!

Bien, no me muevo demasiado entre lo que viene a ser mainstream; si, más bien soy un ser anormal, incompredido, de esos callados de la esquina de la clase, que cada día atesora más y más odio hasta que un día explote en un vendabal de tiros a lo Columbine... bueno, me desvío. El caso es que en una de esas bajadas a los infiernos la pista de baile de una discoteca estaba desfasándome como un puñetero friki bebido bailando con otros amigos (ligar era ya otro cantar) cuando de repente suena una canción conocida por mi:



¡Purpurina! La conocía, y empecé a reirme, creyendo que probablemente fuese una broma (¿recuerdo lo de friki desfasado?) y me di cuenta que la fiesta seguía. Con un par de huevos. Y dije, ¡qué demonios!, no creo que vuelva a bajar aquí. Así que seguí desfasándome bailando.
Pero luego pienso, ¿esa canción no era una parodia sobre la vida sexual de los adolescentes? ¿No era algo de despiporre, para reírse un rato a gusto? Quiero decir que ningún tío enserio hace una canción hablando de que se cansa al primer polvo, o que está borracho, y la llama "gambita" como algo totalmente serio? ¡Os imaginais yo llamando a mi novia "kurchatovita"? ¡Dios!
Porque, como de verdad esta canción se tome en serio, creo que estamos muy cerca del fondo intelectual que podíamos tocar. Dentro de poco nos veremos bailando el Jizz in my pants, Shut up woman, get on my horse o el ya mítico Irene, tienes pene entre otras muchas lindezas del panorama cutre musical.

No obstante, el romanticismo cani es ya un movimiento intelectual lejos aún de consumarse, en su más puro apogeo, sino, mirad este documento audivisual donde se conjugan todas las artes escénicas, desde danza a poesía:



Y es que en ese tono monótono se encuentra pura poesía, en verso libre para soltar sus sentimientos de las ataduras de la métrica, la repetición anafórica del sintagma "mazo" nos permite que ahondemos en los sentimientos del autor. Luego, la descripción de escenas cotidianas sirven al lector medio para empatizar con él en esta bella poesía.
Por último, la grácil metáfora "quiero revolotear contigo, palomita" nos sumerge en un estallido de lirismo que hará las delicias de los más exigentes. Una pieza que el tiempo pondrá, como os estoy diciendo, en la cúspide del Arte.

2 comentarios:

Aaron dijo...

Joer, tio, cada vez escribes mejor. Casi me da un ataque de risa con ese pedazo de análisis textual de "Palomita, te quiero mazo", obra sin duda mayor de la postmodernidad.
Y si, en el fondo llevas razón: Yo creo que me cabreo más por saber que nunca le tocaré las tetas a Ana Polvorosa que por algún tipo de retorcida conciencia social.
¡Un abrazo!

Agustín dijo...

jajjaja que porque no le veo la cara tio, sino se la parto mazo ahi, en toa la cara tio!! jajaja increíble!!