"En Noruega el título tampoco fue un derroche de imaginación"
No es que haya jugado demasiado al Call of Duty, es que han sacado una película de zombis, que son nazis. Semejante película he de vermela, no me quedan más huevos. Son nazis, y zombis, ¡son zombis nazis!
La película comienza con el típico grupito de estudiantes que van todos juntitos y felices a pasar unas vacaciones a los fiordos noruegos. Una casa alejada tres cuartos de hora de la humanidad rodeada por nieve.
Un comienzo tan típico no es un impedimento, los protagonistas, sin carisma, no se hacen odiosos a pesar de las típicas y tópicas escenas de sus vacaciones (beben cerveza y hay tensión sexual entre los protagonistas, ¡que original!). Pero se ve cómo una especie de monstruo ronda el lugar, matando lugareños. Y los jóvenes no conocen la historia de la región, donde unos nazis abusaron de la población
local,y "semejante mal no puede ser despertado". Ya tenemos historia.
Wirloka, el director, consigue lo imposible en esta peli, hacer una película correcta. Lo más normal sería que esta película la amases o la odiases, podría tener diálogos cojonudos, personajes, aunque estereotipados carismáticos, mucha sangre e idas de pinza violentas. O al revés, una película que prometa "zombis nazis" y solamente aparezcan al final y un par de veces, dando el susto fácil. Pero no, Wirloka da lo que promete (zombis nazis aparecen) hay casquería y algunas muertes curiosas, pero falta la malicia y la vuelta de rosca de películas como "Planet Terror" o "Zombieland".Y tías claro que hay, pero son noruegas, noruegas en un fiordo, tapadas hasta el cuello con chaquetones y bufandas.
Wirloka, pues, logra un película correcta, bien ponderada entre el terror y algunos matices de cachondeo, pero no engancha. Ideal para los amantes del género, y poco más.
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