lunes, 16 de mayo de 2011

La importancia del pensamiento nietzschesiano

En este tiempo reina en mi ciudad una gran agitación. En la plena efervescencia de la primavera hay que sumarle la llegada de la Feria de la Salud, unas elecciones municipales y la paranoia previa a la Selectividad. En medio de este marasmo, donde un joven de dieciocho años, en menos de tres horas, ha de dejar los libros de texto, remangarse la camisa, conseguir crédito e ir a la Feria, para al día siguiente convertirse en un ciudadano hecho y derecho eligiendo a un alcalde, tuve tiempo para deternerme y leer un rato, leer al fin una lectura que no me viniese impuesta por el sistema educativo, una lectura que tenía pendiente desde hace tiempo: 1984, de George Orwell. Y no voy a hacer una pequeña reseña de la lectura alabando su profundidad que le da al tratamiento de un tema como las libertades políticas e individuales, ni su profunda carga emocional ni sentimental, así como la erudición que plantea (y que probablemente un intelecto como el mío ni siquiera llega a imaginar) sino dar a conocer, lanzar un grito, dar otra opinión más al profundo pozo que es Internet.
Ha coincido la lectura de este libro con Nietzsche, dado en la asignatura de Filosofía. No podía estar más en desacuerdo con este autor, defensor de la metafísica (o lo poco que sé sobre ella) más platónica y cristiana. Sin embargo, tras acabar este libro, y digo justo al acabarlo, comprendí la grandeza de Nietzsche, lo que nos dejó: la eterna mutabilidad. El superhombre nietzschesiano no es un superhombre en el sentido metafísico, el filósofo platónico. Es aquel que crea los valores. Y hasta aquí no habré dicho nada nuevo, ni probablemente lo diga a lo largo de la entrada. Pero, volviendo a la novela, la única forma para acabar con el omnipotente Partido era mediante Nietzsche. El Partido moldeaba la mente de los hombres, como hizo con Winston, introduciéndole la Verdad, aunque fuese falsa. Esto le daba inmutabilidad al Partido, como ellos mismos sabían, siendo este indestructible. Todos los hombres estaban en la caverna, y Winston sabía la verdad, pero el Partido era la verdad. Con el pensamiento nietzschesiano, el superhombre (en este caso serían los proles acabaría con el Partido, con el dragón, creando otro sistema. Pero este sistema no podría convertirse en oligarquía, pues cualquier hombre podría convertirse en superhombre, y derrocar al anterior.
La filosofía de nietzsche, es, a grandes rasgos, la filosofía que evita las oligarquías, la única que podía acabar con el Partido.

PD: Tengo en cuenta la concepción platónica del "Bien". Platón diría que Winston, el "esclavo liberado" conocería el Bien y lo difundiría entre los suyos. Sin embargo, PLatón no puede hacer nada contra metralletas y máquinas de lavado de cerebro.

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