El hombre es un animal de costumbres, decía Aristóteles. Y en este blog es ya costumbre arremeter con Jalogüin. No es por la fiesta en sí, que para hacer el gilipollas en España es siempre buen momento, sino porque es una muestra más del imperialismo americano. No es que el espíritu bolivariano se haya adueñado de mi mente, pero para qué nos vamos a engañar: esta fiesta está exportada por ellos, con claro espíritu comercial.
Aquí en España es una tradición importada como la "noche del miedo"; en Galicia se celebraba la versión celta, donde se vaciaban nabos en vez de calabazas, aunque no se disfrazaban, pero desde luego Halloween no es una tradición gallega.
Hace mucho tiempo, en un imperio muy muy lejano (el romano), los Celtas celebraban aquí su año nuevo. Luego, esta costumbre se mezcló con el Día de Todos los Santos cristiano, y los inmigrantes irlandeses (malditos ir...no, no puedo enfadarme con ellos, ambos amamos la birra) la exportaron a los EEUU, y de ahí al resto del mundo.
Lo más parecido a Hallowen que yo viví fue en 4º de primaria, cuando mi maestra de inglés no se le ocurrió nada mejor que celebrar una versión descafeinada de Halloween. Allí estábamos, veintipico niños de mente fácilmente moldeable escuchando "historias de miedo" (Edgar Allan Poe y Bécquer se revolvieron en su tumba) y haciendo el ganso. Afortunadamente, para mi generación Halloween no es mas que otra escusa para emborrachase, si hay que hacerlo vestido de mamarracho se hace, pero ¿qué será de las nuevas generaciones? ¿Es que nadie piensa en los niños? Empiezan con la ouija
En fin, está claro que Halloween es imparable, solamente una racha de pensamientos anti-americanos lo pararía, y eso no va a pasar, ahora que gobierna el negro guay, y la versión española es demasiado "ora et labora", así que no voy pedir a los lectores que rezen un par de padrenuestros por nuestros difuntos, así que nada; dentro de poco arremeté contra la celebración del día de acción de gracias, puesto Halloween ya está muy asumido.
Respecto a las convicciones morales de los jóvenes, reproduzco una conversación totalmente verídica (palabra más palabra menos, pero el significado es ese)
-Yo usaría la ouija en Hallowen, al fin y al cabo no creo para nada en esas cosas, ni en Dios ni en fantasmas ni nada. El problema es que tú (refiriéndose al augusto escritor del blog) sí.
-Hombre, yo en fantasma no, pero por si acaso...
5 minutos más tarde, en una conversación totalmente independiente con esa persona:
-Tío, yo es que creo en el karma, ¿sabes?
Con estas mentes preclaras que sabe lo que quieren, ya mismo celebraremos el día de ña Revolución de Octubre...
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