Bueno, y tocó mojarse en política, y es que ya toca. Podré ejercer mi derecho a voto en las elecciones municipales del 2011, y por supuesto en las generales de 2012.
Pero no me voy a meter en política nacional, que es algo que resulta atrayente pero muy polémico. Al fin y al cabo, en España solamente hay un gobierno desastroso y una oposición que no hace mas que repetir elecciones anticipadas.
Pero hoy, viajando en el tren, decidí ponerme a leer periódicos que no suelen ser leídos en mi ambiente, por ideología o por ser periódicos regionales.
El caso es que tras leer dos periódicos en el tren, no me quedó claro el movimiento del Tea Party. Internet me ofreció la posiblidad de enterarme, con tres artículos del El País. Obviamente, no iba a basar mis ideas sobre un movimiento político en un solo periódico de, según dicen, marcado carácter socialista, por lo que decidí buscar que opinaba Público, El Mundo y La Gaceta de Intereconomía; Público busca trata de enlazar al Tea Party con el PP español, El Mundo comparte ideario con El País (lo que ya es signo de preocupación) y la Gaceta de Intereconomía, (el grupo Intereconomía en general)me parece, bajo lo que es este grupo, una neutralidad pasmosa.
El Tea Party es un movimiento espontáneo que quiere "retomar" los valores que los Padres Fundadores dieron a los EEUU. De hecho, su nombre lo toman por el Motín del Té de Boston de 1773. Bajo esta máscara, se aglutinan ideas que, ya dependiendo del color, pueden parecer racistas o nacionalistas, liberales o recortes sociales, vuelta a los valores tradicionales o conservadurismo acervado... Todos los simpatizantes odian a Obama, ya que lo consideran un desnaturalizador del espíritu americano.
Lo grandioso del movimiento es que no hay ningún líder, son gente "de la calle" que están ganando las elecciones primarias en los Estados Unidos al Senado por el Partido Republicano, y que, por lo tanto, están constituyendo el "ala dura" del partido. Hay alarma entre los republicanos más moderados, que consideran que este movimiento no puede ir más lejos de unos idearios populista y panfletistas que se derrumabará por inercia. Pero hay que tener en cuenta que más del 20% de los norteamericanos se sienten identificados con un movimiento que promete bajadas de impuestos, mayores libertades y plantar cara a la inmigración.
Bajo mi humilde punto de vista, este movimiento me parece en exceso peligroso. Estados Unidos me parece, ya de por sí, un país demasiado frágil socialmente, sin un buen sistema sanitario, donde las leyes bailan dependiendo del Estado o del gobernador, e impera un capitalismo salvaje, todo esto regado con una política exteriorconsistente en eliminar lo que se oponga a la nación y grandes dosis de contaminación. El Tea Party considera que este sistema está demasiado centrado a la izquierda. Ellos abogan por parar la refroma sanitaria, eliminar la educación pública, acabar con los controles sobre la posesión de armas y acabar con el intervencionismo estatal en economía y medio ambiente.
No lo veo, como los medios de izquierdas españoles nos quieren hacer creer, como la ascención del fascismo estadounidense; sino como un delirio utópico de la sociedad estadounidense.
Un modelo de estado como los europeos creo que, hoy por hoy, es de lo mejor en materia democrática: garantía de los derechos humanos, servicios básicos gratuitos, práctica igualdad de oportunidades; si bien es cierto que tiene derechos y laicidad.
Pero no todo el monte es orégano; el Tea Party nos demuestra que la democracia significa "gobierno del pueblo": unas cuantas personas están logrando cambiar un país, aunque desde mi vista en una dirección equivocada, que han salido de ese pueblo, no de grandes clanes familiares como los Kennedy o tras estar años intrigando en un partido político.
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