Cada X tiempo trata de mejorarse un producto, y para ello se dedican ingentes cantidades de marketing. Quieren vendernoslo como sea, que engordemos las cuentas bancarias de los ya de por si cebados empresarios que se lucran engrasando la despidada maquinaria capitalista con la sangre y el sudor del obrero y... este...el comentario post de hoy no va por ahí, sino que voy a hablar de algo más importante: los monstruos del Cola Cao Turbo.
Se suponía que el Cola Cao normal dejaba desagradables grumitos de cacao en la leche, y eso incomodaba a la consentida juventud española, que no aguantaban los susodichos grumitos pero si se agujereaban la lengua para ponerse estúpidos piercings. Así que un genio decidió, mediante no se qué fórmula, hacer que el Cola Cao se disolviese más rápido. ¿Pero para eso no estaba el Nesquik? El caso es que "mejoraron" la fórmula, y como mejoraron el producto, en vez de sustitir el antiguo Cola Cao por este mejorado, lo sacaron a convivir con el de toda la vida, el que tenía unos negritos recogiendo cacao.
En mi casa solamente se compró un bote de ese Cola Cao; mi padre, catador oficial de la familia, llegó a la siguiente conclusión: "no está bueno, por lo que si no queremos que haya grumos, echamos el cola-cao primero y luego la leche, como toda la vida de Dios". Teniendo en cuenta que no soy muy amigo del Cola Cao ni de los chocolates en general (no me gustan las cosas dulces. Si, soy terrible, también trato de robar la Navidad) en mi casa no volvió a entrar semejante aberración.
Pero lo curioso de todo esto era la pandilla del Cola Cao. En todos los productos alimenticios españoles tiene que aparecer una espantosa reunión de mascotas estúpidas y aberrantes, ya sucede con Nesquik, Doo-wap, el lince de Puleva, el equipo Equipo Actimel o, el ya extinto Naranjito, y esta marca no iba a ser menos.
El nombre de la pandilla eran los Cao Cao, nombre muuuy ingenioso que denota a los usuarios a los que iba dirigido el producto: niños llorones de entre 5 y...6 años.Eran unos extraterrestres que habían llegado a la Tierra no-se-sabe-como y no-se-sabía-como devolverlos a su estúpido planeta (y eso que usando Cola Cao en su nave espacial, esta funcionaba)
Cada miembro de la pandilla representaba las virtudes del Cola Cao, aunque echaba en falta la virtud de llevar mas 50 años en el monopolio de los cacaos solubles (el mundo de los cacaos solubles tiene muchas coincidencias con la Mafia, ¡averigualas!).
Según los anuncios, eran "gamberros y con mucha hambre", todo un cúmulo de típicos tópicos típicos para los dibujos animados infantiles, incluyendo un chulo, una tia con moños a lo Leia, un desgarbado y flacucho extraterrestre y una especie de pelota flotante. Sus nombres eran K (¡toma ya!) Akinha, Zerelk, Fosfik, Ferki y Kalz, que hablaban con Yoda. Todo esto estaba muy en la onda del principio de década, donde los aberrantes noventa se mezclaban con el incipiente nuevo siglo, que, desde mi prisma óptico, ha mejorado. Al menos en comparación con aquella época de zapatillas de muelles y peinados de punta.
No obstante, todos sabemos que si queremos venderle un producto a un niño, hay que vendérselo con rock barato, monopatines y expresiones en plan ¡tope! ¡guay! ¡molarás cantidad!, porque los niños son estúpidos. ¿A que si? Y esto hacen los siguintes anuncios:
Con suerte, no habrían vuelvo...pero la vida no es justa...
Los titulares de los periódicos iban a anunciar el atentado a las Torres Gemelas aquel 2001, pero decidieron que lo de Cola Cao tenía mas importancia...
No chaval, para ser fuerte toma espicanas. ¿Es que las nuevas generaciones no veis a Popeye?
"Soy como las Bratz, pero en extraterrestre y más puta..."
PD: Cao Cao fue un general chino de la primera dinastía, particularmente cruel y sangriento, tal y como se ve en el Romance de los Tres Reinos
3 comentarios:
Aprendi mucho
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